Stanley Green

Ayer murió uno de los fotógrafos documentales más reconocidos del mundo, Stanley Green, fundador de la agencia Noor, nacido en Nueva York en 1949. Tenía 68 años y falleció en París. Cuando era adolescente, fue miembro de las Panteras Negras y un duro activista contra la guerra de Vietnam. 

A Stanley Green lo conocí primero por su trabajo en Chechenia y por lo que hizo como corresponsal de guerra en la extinta Unión Soviética que cubrió al menos durante una década. Stanley aprendió del célebre fotógrafo Eugene Smith y debutó con imágenes del movimiento punk en San Francisco a principios de los setenta. Se mudó a París en 1986 y tuve la oportunidad de conocerle en persona en Perpignan en el Festival de Fotoperiodismo de aquella ciudad cuando todavía estaba en la agencia francesa Vu. Charlar con él fue un aprendizaje. 

Trabajó para Liberation, Paris Match, Time, The New York Times, Newsweek, y Le Nouvel Observateur, entre otros, siempre enviando imágenes desde Afganistán, India, Darfur, Sudán, Ruanda o Irak. Pero es en Chechenia (1994-2003) donde desarrolló uno de sus mejores trabajos, de ahí surgió el libro “Herida Abierta: Chechenia” donde documentó una década de guerra civil. 

Después de publicar ese libro viajó a los Estados Unidos para cubrir el desastre del huracán Katrina en Nueva Orleans. En 2007 fundó la agencia Noor, y es en la presentación de aquella nueva aventura que lo vi por última vez en Los Angeles, en el marco de un seminario organizado por la agencia Seven, y fue allí que en un acto fraterno, James Nachtwey, Christopher Morris, y Ron Haviv junto con el resto del equipo de Seven, le dieron espacio a Stanley para presentar lo que sería de alguna manera también su competencia. 

Hoy la agencia Noor tiene 12 fotógrafos y cuenta con más de 50 clientes en todo el planeta. Aquí su sitio noorimages.com Stanley siempre vestía de negro, usaba anillos en casi todo los dedos de las manos, bufanda oscura y morral con el mínimo equipo. Era un tipo sencillo, siempre curioso, amable y respetuoso de los demás. Nunca tenía prisa, y ajeno a polémicas se dedicó a viajar por las rutas menos conocidas del periodismo occidental. 

Su principal mercado siempre fue Europa, sus imágenes casi siempre en blanco y negro, eran fuertes, contundentes donde el ser humano siempre era el centro de su atención. Las presentaba con alto contraste, resaltaba los detalles y el sentimiento de sus personajes. Tenía un estilo propio. Stanley recibió numerosos reconocimientos, incluyendo el Premio Visa de Oro (2016), el Premio W. Eugene Smith (2004), y cinco premios World Press Photo. Su última aparición pública fue este año en Amsterdam, en el marco del World Press Photo 2017. 

PD. Esta semana nos dejó también el querido Felipe Eherenberg, abrazo a la familia.